Sabemos – y puede que tú también lo sepas – que en la sencillez reside la elegancia.
No hacen falta muchos abalorios, ni colores, ni texturas, ni accesorios,… para ir bien vestido.
Es más, la clave está en la sencillez.
Cuanto más sencilla y discreta vayas ¡más elegante estarás!
Enserio, no hacen falta pamelas de metro y medio.
El caso es que el otro día escuché a una famosa estilista afirmar lo siguiente:
Cuando abrimos nuestro armario lo primero que vemos son todas
esas piezas que nos hacen sentir cómodos.
Ya que, en nuestro día a día, queremos sentirnos a gusto.
De forma automática o biológica, la comodidad prima ante el diseño.
No voy a ser yo quien lo niegue. Tiene sentido todo lo que dice.
A mí, personalmente, me dio por hacer la prueba.
Me despegué del ordenador y me fui a mi habitación.
Me puse delante del armario y abrí la puerta.
¿Sabes qué fue lo primero que llamo mi atención?
Una blusa blanca y holgada que tengo desde hace aproximadamente un año.
Mis jeans favoritos.
Y por último, mis mocasines rojo Ferrari.
¿Qué demuestra esto? Que es cierto lo que la estilista dijo. Aunque eso solo sea parte de la verdad.
Mi cabeza – en automático – hizo una elección poniendo en balanza ambas variantes, tanto el diseño como la comodidad.
Estoy siendo completamente sincera cuando digo que no miré la ropa de deporte (es realmente cómoda la que utilizo, nada de tops modernos), y tampoco me fijé en los tacones ni en los vestidos de noche.
Ahí estaban mis mocasines, (estos mismos, os dejo una foto), en el medio de la ecuación.
Tan perfectos como siempre para el día a día. Son tan cómodos como bonitos. Fáciles de usar porque son fáciles también de combinar, y también porque sus buenos materiales los hacen resistentes al paso del tiempo.
Ha llegado la hora, levántate, abre la puerta del armario y dime qué es lo primero que ves.
Si nada te convence, es hora de tener unos nuevos, www.tallermocasin.om