Fue antes de que todo esto sobreviniera.
Teníamos nuestras coordenadas ajustadas y todo nuestro mundo hecho.
Baje la escalera que comunica el Taller con la vivienda, me asome a la ventana que da al valle circundado por una gran pinada y pensé:
“Aquí nada ha cambiado, la naturaleza sigue igual”.
Luego vinieron los paseos por la ciudad desierta, terriblemente desierta.Las noticias escalofriantes.El miedo espantoso. Y la sensación de que todo se va por el desagüe de no se sabe bien que sumidero.
Pero toda esa sensación cambio,cuando vimos que vosotros seguíais ahí como más fuerza e ímpetu si cabe que en una situación normal.
Aumentaron los pedidos en la web y nos dio la sensación de que eso era una muestra de vuestro recuerdo y aprecio.
En los momentos más difíciles estabais ahí.
Gracias.-